¿Qué es lo más duro de vivir con obesidad? La sensación de que me juzgan, coma lo que coma. Esa sensación persistente de que soy una vergüenza para mis hijos. Las miradas, y la gente que mira.
La mirada de espanto de todo pasajero junto a un asiento vacío. Esa primera mirada que me dice que he suspendido la entrevista, antes incluso de que haya empezado. Saber que no encajo ni en los asientos ni en la vida en general.
Preguntarme si alguna vez me sentiré a gusto en una playa. El miedo a no estar cerca para conocer a mis nietos. En realidad, lo más duro de vivir con obesidad es que la gente piense que me lo he buscado yo.
Ojalá todo el mundo lo entendiera. Es mucho más que comer menos y moverse más. La obesidad es una enfermedad compleja.
No es una opción de vida. Ayudemos a cambiar actitudes. Perdamos el peso del estigma.